La Controversia del Impuesto Climático en COP29: Gravámenes a  Bitcoin y Criptomonedas

Explora la propuesta de la COP29 de un impuesto a la minería de criptomonedas para reducir emisiones y financiar la transición global hacia energías renovables. Conoce su impacto y objetivos.

En la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) celebrada en Bakú, Azerbaiyán, que se llevó a cabo del 11 al 22 de noviembre de 2024, se propuso la implementación de un impuesto específico a la minería de criptomonedas. Esta iniciativa busca financiar acciones contra el cambio climático y mitigar el impacto ambiental asociado a la minería de activos digitales como el Bitcoin.



Detalles de la Propuesta

La propuesta sugiere un gravamen de $0.045 por kilovatio-hora (kWh) consumido en actividades de minería de criptomonedas. Se estima que esta medida podría generar aproximadamente $5,200 millones anuales. Así que la implementación de un impuesto climático tiene como objetivo no solo motivar a reducir las emisiones, incentivando a las empresas mineras a operar de manera más sostenible, sino también generar los fondos necesarios para apoyar a las naciones en desarrollo en su transición hacia energías renovables y en la adaptación a los impactos del cambio climático. 

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Contexto y Justificación del Gravamen

 

El costo de $0.045/kWh, aunque parece modesto, tiene un impacto significativo debido al enorme consumo energético asociado a la minería de criptomonedas. Esta actividad, especialmente en redes como Bitcoin, requiere el uso constante de computadoras de alto rendimiento que ejecutan cálculos complejos para validar transacciones y mantener la seguridad de la red blockchain. Este proceso, conocido como “proof of work” (prueba de trabajo), consume cantidades masivas de electricidad, en algunos casos comparable al consumo total de países como Argentina o Noruega.

El objetivo del gravamen no es únicamente recaudar fondos, sino también actuar como un incentivo económico para que las empresas mineras adopten prácticas más sostenibles, como el uso de fuentes de energía renovable o la implementación de tecnologías más eficientes. Al incrementar el costo asociado a la dependencia de combustibles fósiles o energía no renovable, las empresas podrían estar más motivadas a buscar alternativas verdes que reduzcan sus costos operativos y, al mismo tiempo, su huella de carbono.

 

Potencial de Recaudación

Con un estimado de $5,200 millones anuales en ingresos, este impuesto tiene el potencial de transformar los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. Los fondos recaudados podrían canalizarse hacia:

 

  1. Transición Energética en Países en Desarrollo: Muchas naciones carecen de los recursos financieros y tecnológicos para adoptar energías renovables como la solar, eólica o hidroeléctrica. Este fondo podría proporcionar subsidios, inversiones en infraestructura y transferencia de tecnología para acelerar su transición hacia una matriz energética más limpia.

 

  1. Adaptación al Cambio Climático: Las regiones más afectadas por el calentamiento global, como pequeños estados insulares o comunidades en zonas costeras, requieren recursos inmediatos para protegerse de desastres naturales, desarrollar sistemas de riego sostenibles o construir infraestructuras resilientes.

 

  1. Promoción de Innovación Sostenible: Una parte de estos fondos podría destinarse a investigaciones y desarrollos en tecnologías mineras más eficientes y sostenibles, como nuevos algoritmos o sistemas de refrigeración de bajo consumo.

 

Consumo Energético de la Minería de Criptomonedas

Se calcula que el consumo anual de electricidad de la red Bitcoin supera al de muchos de los países de forma individual, lo que contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, se ha estimado que la minería de Bitcoin consume anualmente entre 91 y 177 teravatios-hora, comparable al consumo de países como Argentina.

 

 Además del consumo energético, la minería de criptomonedas genera una cantidad considerable de emisiones de CO₂. Se estima que la minería de Bitcoin produce alrededor de 65.4 millones de toneladas de CO₂ al año, una cifra comparable a las emisiones totales de Grecia por ejemplo.

 

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Hacia un Modelo Sostenible

Este tipo de impuesto también podría sentar un precedente para otras industrias intensivas en emisiones, demostrando cómo los mecanismos económicos pueden ser herramientas poderosas para promover prácticas más sostenibles y recaudar fondos para iniciativas climáticas globales. Al combinar incentivos económicos con objetivos ambientales, el gravamen de $0.045/kWh podría marcar un punto de inflexión en cómo las políticas globales abordan la relación entre tecnología, economía y sostenibilidad.

 

Reacciones y Debates en la COP29

 

La propuesta de imponer un impuesto a la minería de criptomonedas ha generado un debate significativo en la COP29. Mientras algunos países y organizaciones apoyan la medida como una forma efectiva de financiar la lucha contra el cambio climático, otros expresan preocupaciones sobre su implementación y el impacto en la industria tecnológica. Además, se han discutido impuestos adicionales sobre la producción de plásticos y sobre las grandes fortunas, con el objetivo de generar fondos para iniciativas climáticas.

 

Perspectivas Futuras

Aunque la propuesta aún está en fase de discusión, se espera que se presenten detalles más concretos en las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en abril de 2025, con el objetivo de obtener apoyo en la cumbre climática de la ONU en Brasil en noviembre de 2025. Países como Kazajistán y Estados Unidos ya han implementado impuestos similares, lo que podría servir como referencia para la adopción de esta medida a nivel global.

 

En resumen, la propuesta de un impuesto a la minería de criptomonedas en la COP29 refleja una creciente preocupación por el impacto ambiental de las tecnologías digitales y la búsqueda de soluciones financieras para combatir el cambio climático.

 

Fuentes: The VergeEl PaísRFILa Vanguardia

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